BONIFÀCIO, OBISPO
Bula de nombramiento | Obispo diocesano de España
SIERVO DE LOS SIERVOS DE DIOS
PARA MEMORIA PERPETUA
Al Reverendísimo Presbítero Alberto Sáenz, hasta ahora Vicario General de la Diócesis de España, a los sacerdotes y miembros de esta circunscripción eclesiástica, salud, paz y la bendición del Señor.
Con motivo del fallecimiento de su amado pastor, Monseñor Tomás Ré Ganswein, la Diócesis permanece en estado de sede vacante. Tras no haber podido realizar un nombramiento canónico mientras la Iglesia Universal permanecía vacante tras la consumación del Pontificado de Juan Pablo IX, he decidido, en consulta privada con el Prefecto del Dicasterio para los Obispos, Cardenal Agnelo Prevost Bragança Arns, reforzar urgentemente la selección de un nombre para asumir el gobierno de esta Iglesia particular (que dejó de tener el título de Arquidiócesis por no cumplir con los requisitos canónicos durante este período).
Por tanto, reconociendo en ti, amado hijo, todas las condiciones pastorales y morales necesarias para asumir el episcopado y dirigir esta querida Diócesis de España, TE NOMBRAMOS , en virtud de nuestra autoridad apostólica, legítimo Obispo Diocesano de la Diócesis de España, con todos los derechos, deberes y privilegios inherentes a este sagrado oficio.
Recibirás, a su debido tiempo, la consagración episcopal de manos de un Obispo y tomarás posesión canónica de esta Diócesis como Pastor legítimo de esta grey, conforme a las normas del derecho canónico. Ordenamos, además, que estas cartas nuestras se redacten, promulguen y den a conocer a todo el clero y el pueblo de este territorio.
Invocamos sobre ti la gracia y la fuerza del Señor Jesucristo, Supremo Pastor de las ovejas, para que cumplas fielmente el ministerio que te ha sido confiado. «Apacienta mis ovejas» (Juan 21:17).
Que el Señor los fortalezca y los guarde en perfecta obediencia a Dios y en el amor por el pueblo confiado a su cuidado. Los exhortamos, recordando las palabras del Apóstol: «Velad por vosotros mismos y por todo el rebaño, en el cual el Espíritu Santo os ha puesto como obispos, para apacentar la Iglesia de Dios, que él adquirió con su propia sangre» (Hch 20,28). Recuerden también la enseñanza del Papa San Juan Pablo II: «El Obispo está llamado a ser, en la Iglesia, fuente visible de unidad, maestro de la fe, sacerdote del culto sagrado y guía fiel del Pueblo de Dios en el camino de la salvación» (Pastores Gregis, 1).
Expresamos también, en esta Bula, nuestro profundo agradecimiento por el celo y el extraordinario servicio prestado por Dom Tomás Ré Ganswein al frente de la Diócesis de España y por la solicitud dedicada al Pueblo de Dios de esta circunscripción.