Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
Al llegar el momento de concluir mi servicio como Arzobispo de esta amada Arquidiócesis de España, no puedo sino elevar mi corazón en acción de gracias al Señor, quien en su infinita misericordia me permitió pastorear este rebaño desde el 14 de enero de 2023.
Ha sido un tiempo de gracia, de cruz y de gozo. He procurado, con mis luces y limitaciones, ser un pastor conforme al Corazón de Cristo, sirviendo con fidelidad al Evangelio, a la Iglesia y a cada uno de ustedes. He sido testigo del amor profundo que habita en nuestras comunidades, de la entrega silenciosa de tantos sacerdotes, religiosos, laicos y familias que hacen viva la presencia de Dios en medio del mundo.
Hoy, al partir, no me despido como quien se aleja, sino como quien se queda en el corazón de su pueblo. Me llevo sus oraciones, sus rostros, sus historias, y quedo unido a ustedes en la Eucaristía, donde todos nos encontramos como un solo cuerpo en Cristo.
A mi sucesor le entrego con esperanza esta misión. Ruego al Señor que lo fortalezca, y les pido a ustedes que lo reciban con el mismo amor y docilidad con que me acogieron a mí.
Que la Inmaculada Concepción Virgen María, Madre de la Iglesia y patrona de la arquidiócesis, siga protegiendo a esta arquidiócesis con su manto maternal. Y que el Espíritu Santo continúe obrando con fuerza en cada rincón de esta tierra bendita.
Con afecto, profunda emoción y gratitud en el Señor
Tomás Cardenal Re
Arzobispo Emérito.
